el llamado

A diferencia de lo que suele suceder en las novelas policiales, el asesinato de Susana Montoya –esposa de Ricardo Fermín Albareda, secuestrado y desaparecido en 1979– no empezó con un enigma sino con una certeza: fue la ultraderecha. Con el correr de los días, todos los relatos se desestabilizaron y la trama que emergió hizo saltar por los aires los arquetipos.