Las protestas callejeras destruyeron la legitimidad del gobierno de Iván Duque y también pusieron en cuestión los pilares de un orden neoliberal impuesto a base de represión estatal, violencia paramilitar y poder de fuego narco. Pero la derecha se agazapa y es probable que Washington no tolere el ascenso de un exguerrillero a la Casa de Nariño. Crónica de un país que se aproxima a las elecciones presidenciales más picantes del siglo.