Luego de trece años, la Gendarmería fue reemplazada por la policía porteña en la villa 1-11-14. El cambio no fue un simple acto administrativo sino que impactó en el vínculo de los vecinos con la seguridad. Un carnaval donde los pibes se chorean un fierro policial dialoga con una movilización de hinchas en el Congreso en la que un yuta descarta un arma. Desde el Bajo Flores, el autor anuda ambos hechos en este análisis sobre nuestra velada relación con la violencia contemporánea.